Brucia la terra

Podemos comprobar cada vez con más seguridad, que el sistema capitalista es un sistema que no nos beneficia en ningún momento. Un sistema creado para el poderoso, para el bien pudiente, y que cada vez oprime más la conciencia, la voz y la vida cotidiana de millones de personas, un sistema que se arrodilla ante los caprichos de los empresarios y cada vez abandona mas la voluntad del pueblo. Un sistema de trueque monetario desigual, injusto y vergonzoso. El tercer mundo existe por culpa de dicho sistema, así como la inmigración que muchos odian. El sistema actual promulga el racismo, la xenofobia y la desigualdad entre hombres y mujeres. La avaricia como cáncer social, y el deseo de estar a la moda como ley inescrutable. Por eso a lo largo de la historia se han dado a conocer movimientos, tachados de terroristas o dañinos para la seguridad cívica, en todas partes del mundo.

En el Estado Español, la lucha de clases no ha sido menos, desde la guerra civil se pudo conocer el espíritu fuerte y revolucionario, un espíritu alimentado por las doctrinas de Marx y Lenin, y la de otros por Bakunin y Kropotkin. Por desgracia, con el tiempo, ese espíritu de combatividad se ha ido diluyendo en las franjas temporales, cada vez mas sumidos en la agobiante vida consumista, alejándonos de las doctrinas por las que antes morían nuestros compañeros. Algunos, deciden no involucrarse en esta forma de vida (no más de la necesaria) y comienzan a actuar, organizar y concienciar junto a más inconformistas, y es ahí cuando comenzamos a ser estorbo y enemigos públicos del sistema opresor, es cuando comienzan a aplacar nuestras quejas, a poner impedimentos en nuestras manifestaciones y a hacer uso de sus medios de opresión, como cuerpos de policía, jueces y otras personas amamantadas por éste Estado injusto. En todas las naciones oprimidas por el Estado Español, existen células organizativas de acción directa, unas más radicales que otras.

El País Canario se encuentra en una situación crítica, además de soportar el capitalismo, nos ha tocado convivir con la situación colonial española. Cada día se cierran empresas del archipiélago, los campesinos ceden sus tierras a empresarios extranjeros para construir hoteles y así seguir siendo el vertedero de los turistas, brazos fundamentales de el desarrollo económico de Canarias son eliminados, para traer otros de la misma índole, pero de fuera, como es el caso de las tabacaleras, de las empresas de hielo, de cemento, la alimentación y hasta los plátanos, que se traen de Brazil a un coste mucho más barato. Es repugnante, entre otros casos, ver como partidos que se hacen llamar nacionalistas, y en congresos europeos van con eslóganes como “habla Canario”, hacen del archipiélago una tierra cada vez más dependiente, apoyando cada vez más a la mediana y alta burguesía, dejando a los obreros y agrícolas Canarios con el culo al aire.

(sin nombrar el gran problema bipartidista estatal)

Otra herramienta necesaria en este Estado de la Hipocresía, es la herramienta de la comunicación. Delincuentes que se convierten en Mártires (casos como el fallecido Orlando Zapata), derrocan el espíritu combativo de la juventud tachándolos de rebeldes sin causa, de bándalos. Esteriotipan las tribus urbanas rebeldes (en muchas ocasiones hemos visto imágenes de okupas, y ha decir verdad, sólo vemos perroflautas). Esta herramienta es jodidamente útil para crear desinformación, miedo y conectar a todos en la misma honda del Nuevo Orden Mundial (dónde serán los aristócratas y grandes burgueses los que decidan hasta que calzoncillos tenemos que llevar los lunes).

Pero las mentes despiertas no vamos a obedecer, no vamos a sucumbir a la ideología del miedo, al Estado de la mentira, al politiqueo que nos persigue desde una transición podrida, una transición que esconde el águila imperial en una constitución y el yugo y las cinco flechas en una amañada democracia. Nosotros, los antisistema como se nos tacha por ahí, seguiremos okupando espacios sociales, seguiremos debatiendo, seguiremos guerreando, y sobre todo, seguiremos viviendo al límite. ¡Que no apaguen tu voz, que continúe la brega! ¡No más mentiras! ¡Poder popular, nosotros decidimos sobre nuestro futuro! ¡Ahora o nunca, venceremos!